Preguntar, Escuchar y Acordar, la esencia del coaching

Preguntar, Escuchar y Acordar, la esencia del coaching

Si le consultamos a diferentes líderes a qué le llaman coaching seguramente escucharemos respuestas que lo consideran desde una acción correctiva hasta una guía. Así, atravesando todos los matices entre un extremo y otro.

Convengamos que no es lo mismo corregir que guiar, están en veredas opuestas. En el primer caso, le decimos al otro lo que tiene que hacer y en el segundo lo acompañamos en una situación que puede ser desafío o en esa meta a la que desea llegar. Entonces, ¿qué es el coaching?, precisamente esa acción de acompañamiento de otro mientras transita una situación determinada que además de un desafío también puede ser un hecho positivo. Sí, el coaching no sólo se trata de oportunidades de mejora sino también de hechos positivos. Por ello decimos que preguntar, escuchar y acordar constituyen pilares del coaching, una buena práctica de gestión que nos ha legado el deporte.

La escena del video pertenece al discurso de Al Pacino (director técnico de un equipo de fútbol americano) de la película “Un domingo Cualquiera”, nos muestra de qué manera las acciones esenciales del coaching se manifiestan en el vínculo de un entrenador y su equipo. ¿Pudieron encontrar los elementos esenciales del coaching? El director técnico, luego de realizar una exposición sobre la situación del equipo -ciertamente crítica-, les pregunta a sus integrantes si están dispuestos a jugar ese partido como si estuviera en juego su propia vida.

¿Notaron que después de preguntarles qué van a hacer hace silencio? Ahí está el segundo elemento: escuchar ¿Qué está escuchando? La decisión de los miembros de su equipo, sobre si están dispuestos a llevar a cabo ese esfuerzo descomunal para evitar el descenso– noten que él en ningún momento dice “tienen que hacer esto o aquello”, sino que les pregunta, guarda silencio y ese intervalo es el que da lugar a la decisión.

¿El efecto? Es que el otro (en este caso los integrantes del equipo) se siente incluido, respetado, entonces puede tomar una decisión como un adulto, y como tal es responsable de lo que decide y por ende se compromete con eso que va a hacer. En cambio, el lenguaje imperativo genera distancia y aunque pueda parecer efectivo sólo es una apariencia, ya que si lo representáramos gráficamente sería como construir un muro de palabras que separa del otro, incomunica y que tarde o temprano caerá.

Finalmente llegamos al acuerdo, que en definitiva surge como consecuencia de las acciones anteriores, porque si preguntamos, escuchamos y aceptamos lo que el colaborador decide se hará posible establecer un acuerdo. El desafío de los líderes está en comenzar a desaprender todos los conceptos recibidos de manera imperativa a lo largo de la vida, en ámbitos familiares, académicos, laborales, etc.

¿Queremos hacerlo?  Aquellos que decidan emprender ese camino seguramente no se arrepentirán, porque en el coaching, no sólo ayudamos al otro, sino que en ese intercambio se construye un vínculo que también nos enseña a nosotros.

Preguntar, Escuchar y Acordar, la esencia del coaching
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Preguntar, Escuchar y Acordar, la esencia del coaching

Si le consultamos a diferentes líderes a qué le llaman coaching seguramente escucharemos respuestas que lo consideran desde una acción correctiva hasta una guía. Así, atravesando todos los matices entre un extremo y otro.

Convengamos que no es lo mismo corregir que guiar, están en veredas opuestas. En el primer caso, le decimos al otro lo que tiene que hacer y en el segundo lo acompañamos en una situación que puede ser desafío o en esa meta a la que desea llegar. Entonces, ¿qué es el coaching?, precisamente esa acción de acompañamiento de otro mientras transita una situación determinada que además de un desafío también puede ser un hecho positivo. Sí, el coaching no sólo se trata de oportunidades de mejora sino también de hechos positivos. Por ello decimos que preguntar, escuchar y acordar constituyen pilares del coaching, una buena práctica de gestión que nos ha legado el deporte.

La escena del video pertenece al discurso de Al Pacino (director técnico de un equipo de fútbol americano) de la película “Un domingo Cualquiera”, nos muestra de qué manera las acciones esenciales del coaching se manifiestan en el vínculo de un entrenador y su equipo. ¿Pudieron encontrar los elementos esenciales del coaching? El director técnico, luego de realizar una exposición sobre la situación del equipo -ciertamente crítica-, les pregunta a sus integrantes si están dispuestos a jugar ese partido como si estuviera en juego su propia vida.

¿Notaron que después de preguntarles qué van a hacer hace silencio? Ahí está el segundo elemento: escuchar ¿Qué está escuchando? La decisión de los miembros de su equipo, sobre si están dispuestos a llevar a cabo ese esfuerzo descomunal para evitar el descenso– noten que él en ningún momento dice “tienen que hacer esto o aquello”, sino que les pregunta, guarda silencio y ese intervalo es el que da lugar a la decisión.

¿El efecto? Es que el otro (en este caso los integrantes del equipo) se siente incluido, respetado, entonces puede tomar una decisión como un adulto, y como tal es responsable de lo que decide y por ende se compromete con eso que va a hacer. En cambio, el lenguaje imperativo genera distancia y aunque pueda parecer efectivo sólo es una apariencia, ya que si lo representáramos gráficamente sería como construir un muro de palabras que separa del otro, incomunica y que tarde o temprano caerá.

Finalmente llegamos al acuerdo, que en definitiva surge como consecuencia de las acciones anteriores, porque si preguntamos, escuchamos y aceptamos lo que el colaborador decide se hará posible establecer un acuerdo. El desafío de los líderes está en comenzar a desaprender todos los conceptos recibidos de manera imperativa a lo largo de la vida, en ámbitos familiares, académicos, laborales, etc.

¿Queremos hacerlo?  Aquellos que decidan emprender ese camino seguramente no se arrepentirán, porque en el coaching, no sólo ayudamos al otro, sino que en ese intercambio se construye un vínculo que también nos enseña a nosotros.