El liderazgo transaccional como su nombre lo sugiere, se basa en un sistema de conducción impersonal, estructurado por premios y castigos.
Fue definido sin nombrarlo por el sociólogo Max Weber en los años 40, así que pueden sacar sus propias conclusiones a qué tipo de conducción nos referimos. Posteriormente fue denominado y definido en los años 70 por Burns.
¿Cómo funciona? La empresa se considera como una estructura organizada con procesos bien definidos y controlados. Por ello requiere de un líder que tenga mínima interacción con los empleados, principalmente que se ocupe de dar instrucciones y controlar los resultados.
De hecho, este tipo de liderazgo lo que busca son resultados. Se trata de cumplir las metas fijadas. Si el empleado cumple los objetivos recibe un premio que puede ser: dinero, un voucher o una felicitación verbal. En caso de que no haberlos logrado se lo castiga, de manera verbal [la famosa “llamada de atención”] y en un caso extremo con el despido.
Aunque ya pasaron muchos años, y parece impensable que en la actualidad exista, sépanlo: sí existe y si sucede es porque para algunas organizaciones debe resultar efectivo.
De hecho, este estilo de liderazgo está mucho más cerca de lo que pensamos: Mc Donnalds, la cadena mundial de comidas rápidas lo utiliza, aunque de manera más simpática. Consiguió a través de mucha práctica, que las órdenes sean un poco más motivacionales. El símbolo más icónico es el orgullo de ser “el empleado del mes”.
Los call centers también estuvieron bastante cerca de este estilo, y todavía en la actualidad algunos continúan. Pero, la llegada de los millennials produjo una revolución en este sentido y en otros, que obligó a los líderes de la vieja escuela a adaptarse a los nuevos tiempos.
¿Ustedes conocen otros ejemplos de empresas con este tipo de liderazgo?