Las nuevas generaciones, los cambios de hábitos de los pasajeros junto con la llegada de nuevos players son algunos de los factores que han modificado el escenario de la hotelería y servicios de ocio tal como los conocimos.
Quizás se dio por sentado que a todos los huéspedes siguen disfrutando un hall de recepción lujoso con colores tenues, grandes sillones y una iluminación que los deje inmersos en un ambiente atemporal. Pero con seguridad, las cosas han cambiado, hay quienes las preferirán y quiénes no. Las expectativas del cliente en relación con la infraestructura y también a la atención que recibe en estos lugares son distintas.
¿Qué esperan los clientes de mi establecimiento? ¿Cuál es la experiencia que quieren vivir? Estas son las dos preguntas básicas que la industria hotelera debería poder responder.Ya que es a partir de allí, donde puede darse comienzo al diseño de un servicio, acorde a las expectativas del cliente.
Es necesario indagar y escuchar las voces de los huéspedes para conocer qué quieren y cómo podemos reformular un negocio que nos está dando señales de que hace falta cambiar.
¿A qué nos referimos? Si bien, las estadísticas que arroja el Observatorio Económico Hotelero de Argentina, en su último informe bimestral de 2019, son alentadoras: señalan un aumento del 68% respecto de la ocupación respecto del mismo bimestre el año anterior; no debemos olvidar el contexto país 2019 que sin duda alguna ha colaborado para que esto suceda.
Dicho esto, lo que queremos subrayar es que estos tiempos de bonanza turística debemos aprovecharlos para aggionarnos, ya que este es un sector que tiene competidores muy fuertes a nivel local y mundial. No olvidemos, el precepto: “todo negocio tiene su Uber”, a menos que … ofrezcamos un servicio que sea lo que los clientes quieren al punto tal que no deseen cambiarlo ni siquiera por un tema de costos. Para eso el secreto es escuchar a los clientes para poder saber lo que quieren y seguir enamorándolos.