En tiempos difíciles, cuando las reglas del juego cambian de la noche a la mañana, se requiere un liderazgo diferente a, aquellos cuyo nivel de incertidumbre es menor.
Justamente, porque lo que se necesita es que el líder pueda conducir, y acompañar a su equipo en un camino que mayormente es nebuloso. Y para eso él tiene que ser capaz de asumir que durante un tiempo tendrá que dirigir casi a ciegas.
¿Qué es lo mejor que podría hacer? En primer lugar, aunque suene trillado: no perder la calma. Esto es fundamental, ya que no es el momento acrecentar la intranquilidad sino de restarla. De esta manera se toman mejores decisiones y el camino tiene un poco más de claridad.
Por otra parte, pensemos: el mundo y las empresas han atravesado por miles de crisis y de una forma u otra lograron encontrar una salida ¿Por qué esta sería una excepción? Entonces, partiendo de esta premisa y repitiéndola como un mantra todas las veces en las que nos encontremos añadiendo presión, continuamos.
En segundo lugar, la comunicación debería ser más fluida y de una claridad prístina, tanto con el equipo, colegas y clientes es otro de los pilares, porque la palabra (bien expresada) trae calma.
¿A qué nos referimos? Por ejemplo: las condiciones comerciales y contractuales que se modifican, esto debe explicarse y comprenderse, tanto puertas adentro como hacia el afuera (los clientes). Simplemente hay cosas que no definimos: como las reglas del mercado ni tampoco de la compañía, pero tenemos el desafío de trabajar con ellas. Por ende, hay que tratar de aceptar y acompasar estas circunstancias. Una vez más, recordando que las crisis existieron desde siempre y que también pasaron.
Finalmente, la visión compartida y los valores deberían ser un bastión más presente que nunca. Porque son los que mantienen la cohesión del equipo. Tal como lo leen, lo que siempre une es tener un objetivo común (visión compartida) y compartir valores.
Las reglas podrán cambiar, los contextos también, pero si la visión y los valores permanecen no habrá crisis que pueda demoler un equipo.
Por eso en épocas de crisis, es importante que el líder refrende la visión compartida, es decir el hacia dónde vamos, más allá del escenario, si este se puede visualizar y reforzar el equipo saldrá adelante. Finalmente, toda crisis nos da la oportunidad de aprender, de reciclar, y aunque sea difícil el mientras tanto, cuando pasa, cada miembro del equipo saldrá fortalecido.