Si partimos de la base que la comunicación es uno de los principales componentes del liderazgo y que entre hombres y mujeres existen diferencias de estilo a la hora de comunicar, inferimos que de igual manera estas diferencias se trasladarán a la manera de liderar.
El estudio de la consultora global Ketchum Global Research & Analitycs, lo refrenda ya que entre varios hallazgos encontró que el futuro de la comunicación del liderazgo tiene características más “femeninas”.
Según reveló el sondeo realizado a 6500 personas en 12 países las mujeres que se desempeñan en puestos de liderazgo tuvieron mejor performance en 4 de los 5 skills de comunicación que se esperan de un líder. No obstante, la proporción de líderes varones sigue siendo superior: 54% a 46%.
El 74% de los encuestados opinaron la comunicación es la habilidad más importante de un líder, existiendo una brecha entre la esperada y la que se desarrolla en lo cotidiano del 45%.
¿Cuáles fueron los atributos señalados como más destacados en un líder?
- Liderar con el ejemplo
- Comunicación abierta y transparente
- Admitir los errores
- Dar lo mejor a los otros
- Manejo de crisis o situaciones controversiales.
En los 4 primeros ítems, las mujeres obtuvieron un porcentaje más alto por parte de los encuestados respecto de sus pares varones. Esta revelación nos permite llevar adelante varias reflexiones. La primera es así como existe diversidad de escenarios y equipos de trabajo de igual manera puede ser más eficiente un estilo de liderazgo que otro, dado que cómo comunicar es un factor decisivo.
Luego, que más allá del género hay aspectos de la comunicación que exigen una revisión por parte de las empresas tales como la transparencia y dar lo mejor a los otros. Después de todo este último, es una de los principales propósitos del liderazgo, ayudar a que otras personas se desarrollen en el plano profesional y personal.
Sabemos que las primeras experiencias profesionales son clave en el futuro de la vida laboral de una persona. Es una gran oportunidad ayudarles a desarrollar sus habilidades de comunicación y negociación, algo que aprenderán no sólo en las interacciones con los clientes sino también de la mano de sus jefes. Dicho aprendizaje no hace más que reivindicar el rol social del contact center.
Finalmente, una última reflexión: observar que los ítems destacados en el estudio corresponden a las llamadas “habilidades blandas” del liderazgo, lo cual lleva a pensar que tal vez no sea una mera cuestión de género sino de poder desarrollar dichas habilidades en todas las personas.
