Según un estudio llevado a cabo por Deloitte en 2017 uno de los grandes cambios que las empresas deberán emprender en estos tiempos, es el rediseño de la organización del trabajo y por ende de su estructura. La digitalización, los millenials y su impacto en la economía son algunos de los motivos que los exigen de manera casi inminente.
Analicemos los motivos que explica la investigación citada. Durante más de 100 años el objetivo de las compañías fue lograr una eficiencia que fuera escalable. Para ello, se armaban equipos encargados del diseño de productos, manufactura y comercialización, todo con un enfoque de escalabilidad. Las preguntas de ese momento eran: cómo ganar más con el producto, cómo conseguir más leads por publicidad y más ventas por vendedor.
Pero hoy, en un mundo dominado por rápidos cambios de mercado de productos y servicios digitales, el concepto de escalabilidad y eficiencia ya no aplican. La nube e internet barrieron las fronteras. No se puede pensar en mantener el mercado sólo porque se es una gran compañía ya que de esta manera alguien más lo reinventará. Los tiempos y la forma de comercialización han cambiado radicalmente.
La solución para atravesar esta nueva etapa es a menudo fácil de entender, pero difícil de implementar, advierte el estudio. Sugiriendo en lugar de la estructura tradicional, la división de los grupos funcionales en equipos centrados en lanzamientos de productos, clientes, mercados o regiones. Estos equipos deben ser más pequeños, más planos y capacitados, y los líderes deben centrarse en el liderazgo práctico, no en el liderazgo detrás de un escritorio. En otras palabras, equipos por proyectos.
Ya muchas compañías superaron a sus pares más grandes manteniendo a los equipos pequeños, comunicándose fluidamente entre equipos, y creando una cultura compartida para unir a las personas.
También advierte sobre un punto más: el concepto anticuado de "diseño organizacional" desaparecerá. El rediseño de la organización no significa hacer un análisis de capas y capas; significa analizar la forma en que se realiza el trabajo, estudiar las redes organizativas que tiene (utilizando análisis de redes organizacionales) y luego diseñar el trabajo para apoyar el éxito inter-funcional. En la mayoría de los casos, significa reducir los equipos, creando espacios de oficina abiertos, nuevos roles entre equipos y cambiando el liderazgo funcional. (ver gráfico inferior).
Cómo eran las cosas Cómo son actualmente Cómo funcionan las cosas
Fuente: Estudio Deloitte 2017
De más está decir que nuestro desafío como sector es enorme, ya que observando el gráfico estamos ubicados entre “cómo eran las cosas” y “cómo son actualmente”. Pero también tenemos cosas a favor, como por ejemplo la experiencia en trabajar por proyectos, ya que una campaña puede considerarse como tal. No obstante, el reto más grande es cómo formar líderes que acompañen a sus equipos y que a la vez formen nuevos líderes. Y también desarrollar servicios de valor añadido, para conseguir rentabilidad de manera independiente de la escalabilidad.
¡Junto con la transformación digital, estos desafíos nos esperan!