El empleo y la amenaza de la automatización

El empleo y la amenaza de la automatización

Uno de los sustentos del fantasma de la automatización es el desempleo que podría producir su implementación. Al extremo de imaginar legiones de trabajadores ociosos, sin rumbo, mientras sus puestos son ocupados por: robots. Sin embargo, un estudio reciente realizado por Harvard Business Review a nivel global, demostró que tal temor es infundado.

Una bocanada de aire fresco para un tema tan sensible. La investigación tomó una muestra de 5 millones de trabajadores a nivel global, demostró en primer lugar: que el 9% de la muestra estaba empleado en empresas que realizan inversiones importantes en automatización. Sin embargo, tan solo el 2% se fue del empleo sin poder determinarse si fue por propia voluntad o despido.

Para comprender qué sucede cuando las empresas introducen la automatización a gran escala, el documento examina los "picos de automatización", que se definen: como un año en el que una empresa realiza gastos en automatización que son al menos tres veces su gasto promedio en automatización respecto de los demás años. Realmente son muy pocas las empresas que hacen tal inversión.  La comparación de la situación de los trabajadores en este tipo en un año, determinado con un grupo de control permite el análisis de cómo los afectan. El documento analiza tanto a los trabajadores con antigüedad (tres años o más en la empresa) como a los trabajadores recientemente contratados.

Los datos evidencian que los trabajadores podrían experimentan pérdidas tanto de ganancias como de trabajo después estos cambios, pero que estas pérdidas son sustancialmente menores que las que experimentan los trabajadores después de un despido masivo. El riesgo de que alguien pierda un trabajo debido a la automatización es, por lo tanto, mucho menor que el riesgo de un despido masivo.

En conclusión, podemos pensar a la automatización como una consecuencia natural de la evolución.

Por otra parte, se hace mucho hincapié en daños colaterales de la IA (inteligencia artificial), pero se pierde de vista una variable importantísima: la economía y el cambio de hábito de los consumidores. En tanto, estos dos últimos factores tienen más peso, al menos en este momento, que la automatización. No dejemos que el árbol nos tape el bosque, son muchas las oportunidades que nos trae la tecnología (más que las que nos quita) y una de ellas es diseñar experiencias que maravillen a nuestros clientes. Después de todo, mientras haya clientes habrá empleo.